Capibara

(Hydrochoerus hydrochaeris)



El carpincho, capibara o chigüire es una especie de roedor de la familia de los cávidos. Es el roedor viviente de mayor tamaño y peso del mundo. Habita en manadas en regiones de climas tropicales y templados siempre cerca del agua, los que van desde los humedales del este de Panamá y de Sudamérica, al norte y oriente de los Andes, hasta el centro de la Argentina. Está relacionado con los agutíes, las chinchillas, los coipos y los conejillos de indias.

Estado de conservación

Preocupacion menor



Clasificación científica

Reyno: Animalia
Filo: Chordata
Clase: Mammalia
Orden: Rodentia
Familia: Caviidae
Género: Hydrochoerus
Especie: Hydrochoerus hydrochaeris


Descripción



Tiene un cuerpo pesado en forma de barril y una cabeza pequeña, con un pelaje pardo rojizo en la parte superior del cuerpo que se vuelve pardo amarillo en la parte inferior. Pueden crecer hasta 1,30 m de largo y llegar a pesar 65 kg. Presenta pies ligeramente palmeados, prácticamente carece de cola y tiene 20 dientes. Sus patas posteriores son algo más largas que las anteriores, y los hocicos son romos, con los ojos, narinas y orejas en la parte superior de la cabeza. Las hembras son un poco más pesadas que los machos.

El cuerpo, que carece de cola, es de forma maciza y redonda, con el tronco grueso y cuatro patas cortas. Las patas anteriores, tienen cuatro dedos y las posteriores, tienen tres, expuestos en manera radial. Los dedos gruesos y parecidos a pezuñas presentan unas pequeñas membranas que los unen interdigitalmente. Los carpinchos consiguen una longitud de 1,00 a 1,30 m y una altura a la espalda de 50 a 60 cm, y las hembras suelen ser un poco más grandes que los machos. El peso medio es de 50 kg en los machos y 61 en las hembras; sin embargo, el peso real puede variar entre 27 y 65 kg. El extinto Neochoerus suicidens era significativamente más grande.

El pelaje es largo y áspero, pero en algunas partes es tan fino que se puede apreciar la piel a través de él. Esto hace que sean unos animales propensos a las insolaciones, y para evitarlo, se revuelcan en el barro para protegerse la piel del sol. La coloración va de un pardo rojizo al gris en la parte superior, mientras que la parte inferior tiene un color pardo amarillo. Algunos ejemplares tienen manchas negras en la cara, en el lado exterior de las patas y en la parte trasera, la longitud del pelo va de 30 a 120 milímetros.

Tienen una cabeza notablemente ancha y grande. En relación con los parientes más próximos a la capibara, el hocico es más grande y redondeado, mientras que las narinas son pequeñas y están bastante separadas. En los ejemplares machos, la punta del hocico está calva y dotada de una prominencia correspondiente a la glándula olfativa. Las orejas son pequeñas y redondas, mientras que los ojos se encuentran situados en los lados y también son pequeños. Como en muchos animales que tienen un estilo de vida parcialmente acuático, los ojos, las orejas y las narinas del carpincho se encuentran situados en la parte superior de la cabeza, de manera que cuando salen a respirar del agua o a observar lo que les rodea, casi no sobresalen de la superficie.

La fórmula dental de este animal es de 1-0-1-3; lo que quiere decir que cada mitad de mandíbula presenta un diente incisivo, un premolar y tres molares, con un total de veinte dientes. Las blancos incisivos están dotadas de un surco, como en todos los roedores, están agrandados y transformadas en incisivos sin raíz. Detrás de los incisivos se abre un espacio denominado diastema. Los dientes posteriores tampoco tienen raíces y tienen una morfología compleja; consisten en prismas de esmalte dental en forma de corazón o de barras, que están separadas por capas de cemento. Como en otros roedores, los dientes incisivos y molares de las capibaras crecen constantemente para compensar el desgaste continuo que provoca comer tanta hierba.

Distrubución y hábitat

Su geonemia está dividida en dos áreas disyuntas.

  1. La de menor superficie se extiende por el este del Panamá, al este de la cuenca del Canal de Panamá, el Darién, el norte, oriente de Colombia, y el noroeste de Venezuela. Algunos consideran esta población como otra especie, Hydrochoerus isthmius (Goldman, 1912)
  2. La de mayor superficie comprende casi toda Sudamérica al este de los Andes en las cuencas del río Orinoco, del Amazonas y del Río de la Plata; cubriendo desde el este de Venezuela y la Guyana hasta el Uruguay y el norte y centro de la Argentina.

Cada una de las dos regiones tiene su subespecie correspondiente: Hydrochoerus hydrochaeris isthmius que es la que vive en la parte nord-occidental. Tiene un tamaño menor que el Hydrochoerus hydrochaeris hydrochaeris, que vive en la región más grande, al este de los Andes.

Pueden vivir en diferentes tipos de hábitat, pero muestran preferencia por algunos en concreto. Suelen encontrarse cerca de lagos, ríos, marismas o manglares. También necesitan un suelo firme para dormir, idealmente con una vegetación espesa que les sirve de protección. Para alimentarse no tienen problema en adentrarse por la sabana y herbazales. La mayor densidad de población de carpinchos se encuentra en las extensas zonas húmedas de Sudamérica, como el Pantanal, o la región de los llanos del norte del continente, bañada por el Orinoco. Viven mayoritariamente en las llanuras, pero también habitan en altitudes de hasta 1300 metros por sobre el nivel del mar. En comparación con otras especies animales de Sudamérica, las capibaras toleran bastante bien los cambios de hábitat provocados por la actividad humana, y también pueden sobrevivir en zonas transformadas en plantaciones o pastos.

Comportamiento



Los carpinchos son animales principalmente crepusculares. Pasan el calor del día en agujeros en el barro o dentro de las aguas. Para dormir se esconden entre una vegetación espesa; no les hace falta ninguna cueva. En cambio, en las zonas donde son molestados por las actividades humanas, cambian y adoptan un estilo de vida nocturno.

Si un carpincho advierte peligro, avisa a los demás con un ladrido corto, y de inmediato todos corren trotando con una velocidad equiparable a la de un caballo a fin de ponerse a salvo en el agua. Pueden bucear y permanecer bajo el agua hasta cinco minutos, y son capaces de nadar con todo el cuerpo sumergido excepto las orejas, los orificios nasales y los ojos. Otro experto nadador sudamericano, perteneciente a otra familia de roedores, es el coipo (Myocastor coypus). Aunque a veces también se esconden entre plantas vegetales espesas.

Viven en grupos, que pueden estar constituidos por una pareja y sus crías, o por un grupo más grande de ejemplares adultos. La medida de los grupos varía entre seis y veinte animales. En algunos casos raros también se puede observar ejemplares solitarios, casi siempre machos adultos.

La medida de los grupos y su estilo de vida depende de la estación del año y del hábitat. Durante la estación lluviosa, se extienden por una gran región, de manera que disminuye la medida del grupo. Durante esta estación, comen mucho y acumulan una reserva de grasa. La cría de los recién nacidos también se produce principalmente durante la estación lluviosa, Durante la estación seca, muchos ejemplares se reúnen alrededor de los ríos y lagos más grandes, formando grupos más numerosos. Durante esta estación, la mortalidad es notablemente más alta, ya que aumenta el hambre y las enfermedades y con la desaparición de las plantas que les sirven de protección, las capibaras son más vulnerables a los ataques de los predadores. Investigadores de Venezuela indican una media de los grupos de 5,6 animales durante la estación de lluvias y de 15,9 en el mes de marzo, el más seco. En periodos prolongados de sequedad, se pueden formar grandes grupos de hasta cien ejemplares, que se reúnen cerca de las aguas que quedan. Aunque estos agrupamientos son inestables y no duran mucho.

Cada grupo tanto familiar como mixto está liderado por un macho dominante, que normalmente ocupa esta posición durante muchos años. Después vienen una o diversas hembras con sus crías y a veces los machos subordinados también forman parte del grupo. La jerarquía suele ser estable y estar bien marcada tanto entre los machos como entre las hembras, y se establece por medio de combates parcialmente agresivos.

Cada grupo habita en un territorio de entre 5 y 17 hectáreas. Aunque, los animales suelen permanecer dentro de una región de unas 10 hectáreas de superficie, que defienden contra las incursiones de otros ejemplares de la misma especie. Marcan el territorio por medio de glándulas odoríferas; en los machos se encuentran situadas sobre la nariz, y los dos sexos tienen en la región del ano (glándulas anales).

Se comunican entre ellos por medio de una variedad de vocalizaciones. Entre ellos hay un sonido parecido al ronroneo de los gatos, que indica sumisión, un grito de alarma parecido a un ladrido de perro, una manera de clic que expresa felicidad, silbidos estridentes y gruñidos.

Alimentación



La dieta se compone principalmente de hierba terrestre y la complementa de vez en cuando con plantas acuáticas. A veces entran en plantaciones y se alimentan, por ejemplo, de cañas de azúcar, sandías o maíz. La creencia extendida que los peces también forman parte de la dieta de las capibaras es falsa. Tienen un aparato digestivo extremadamente eficiente que les permite subsistir con una dieta el 75 % de la cual se compone de sólo entre cuatro y seis especies de plantas, y después dejan de comerla durante un tiempo, permitiendo que las plantas de esta especie se recupere antes de volver a comérsela.

Su aparato digestivo presenta diversas adaptaciones a su dieta, como un intestino más largo y un ciego en forma de saco agrandado. De manera similar a otros roedores, como los cobaya, o los lagomorfas, los carpinchos practican la coprofagia o ingestión ocasional de los excrementos. Las heces cecales son una forma blanda y adhesiva de excrementos, que están fermentados por unas bacterias especiales en el ciego, y que son vueltos a ingerir inmediatamente después de la excreción, de esta manera, pueden extraer el máximo de nutrientes de sus alimentos ricos en celulosa. Cuando los excrementos son expulsados definitivamente por segunda vez, son ovales y secos.

Las capibaras, como las cobayas, no pueden producir vitamina C por sí mismas, de manera que han de obtenerla por medio de su alimentación. En algunos ejemplares en cautividad, que habían estado evidentemente mal alimentados, se ha observado casos de escorbuto.

Reproducción



El macho es quien toma la iniciativa en la copulación, ya que es él, el que persigue la hembra, primero por tierra y después dentro del agua. El aparejamiento tiene lugar en aguas poco profundas, después de entre seis y ocho rápidos empujes, el acto sexual llega a su fin. El coito se puede repetir después de un rato, hasta veinte veces o bien con la misma pareja o con parejas diferentes.

El aparejamiento puede tener lugar en cualquier época del año, pero la mayoría de nacimientos suelen ser en la estación lluviosa (de abril a mayo en el norte de Sudamérica y en octubre al sur del continente). Generalmente, cada hembra pare una vez por año, pero si las condiciones climáticas son favorables pueden hacerlo dos veces. El periodo de gestación dura unos 110 días en la subespecie septentrional y unos 150 en l a meridional. Las capibaras son multíparas, y cada parto se compone de una media de cuatro crías, pero puede variar entres dos y ocho. Las hembras tienen diez mugrones que están colocados por parejas en el vientre.

No construyen nidos, y pueden dar a luz en cualquier sitio de su territorio. Las crías son marcadamente precoces, pesan aproximadamente 1500 g al nacer, presentan un pelaje completo y con los dientes permanentes. Poco después del nacimiento, las crías son capaces de comer hierba y pasan a ser independientes después de tres o cuatro meses. Las crías forman un grupo propio dentro del grupo principal. Ambos sexos asumen la madurez sexual aproximadamente a los veintidós meses de edad.

Su longevidad en estado natural varia entre ocho y diez años, mientras que los ejemplares en cautividad pueden llegar a los doce años.

Enemigos naturales

Sus depredadores naturales más importantes son sobre todo félidos como el jaguar o el ocelote, pero también los zorros selváticos y los caimanes. A veces, las crías son víctimas de aves de presa como las harpías, o de reptiles como la anaconda.


Zoológico de Vallarta A. C.

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