El uapití, wapití o ciervo canadiense es una especie de mamífero artiodáctilo de la familia de los cérvidos
que vive en América del Norte, Asia central y oriental. Presenta algunas características propias que le
diferencian de sus parientes eurasiáticos: es de gran tamaño (solo superado entre los cérvidos por el alce);
además, los machos presentan una "melena" más o menos espesa en el cuello y tienen una tonalidad más clara en
el cuerpo que en las patas, la cabeza y el cuello.
Durante un tiempo se les consideró una subespecie de Cervus elaphus, pero hoy se les considera una especie
aparte. Constaba de un total de diez subespecies, cuatro de ellas extintas en tiempos recientes debido a la
presión humana, aunque recientes estudios de ADN sugieren que no hay más de tres o cuatro subespecies de
uapití y algunas de las formas descritas anteriormente como subespecies no son más que razas.
En varias culturas nativas de Norteamérica se considera al uapití una fuerza espiritual. En la medicina
tradicional China se usan sus astas y su "terciopelo" cobertor como remedio para algunas enfermedades.
El wapiti además es considerado una especie cinegética, siendo su carne más baja en grasas y más alta en
proteínas que la de vaca o la del pollo.
Descripción
Los uapitís se caracterizan por su gran tamaño, con una altura hasta la cruz de 0,75 a 1,5 metros y un peso
de entre 230 y 450 kg, es el segundo cérvido más grande del mundo, solo superado por el alce. Su cabeza,
cuello y patas son de color pardo oscuro mientras que su cuerpo presenta tonos más claros, y con un escudo
anal blanquecino, sin líneas negras rodeándolo. Extrañamente para un animal que estacionalmente suele
vivir en la nieve, su pelaje es más oscuro en invierno que en verano. Además tienen un par de molares
extra bajo la zona ocular.
La especie presenta un marcado dimorfismo sexual. Los machos son de mayor tamaño, un 25 % más grandes que las
hembras al llegar a la madurez, pesan una media de 320 kg, con una altura hasta la cruz de 1,5 m y una
longitud de 2,5 m.,7 el pelaje de alrededor de su cuello es largo formando una melena colgante. Las hembras
de los uapitíes pesan unos 225 kg de media, miden unos 1.3 m hasta la cruz y unos 2 m de nariz a cola. Sólo
los macho tienen cornamenta, como en la mayoría de los cérvidos, que tiene una ramificación principal hacia
atrás y una más pequeña hacia adelante. Los cuernos se caen todos los años tras la estación de cría,
empezando a crecer de nuevo en primavera. Los cuernos se van haciendo más grandes y con más puntas cuanto
más viejo es el ejemplar, la cuerna más largas pueden ser de 1.2 m y 18 kg de peso. Los cuernos están
formados por hueso y pueden llegar crecer a una media de 2,5 cm al día. Mientras los cuernos están creciendo
están protegidos por una cubierta protectora de piel con un fino vello y que está fuertemente vascularizada,
denominada terciopelo. Esta piel se desprende en verano cuano las cuernas se han desarrollado por completo.
Los cuernos pueden tener ocho puntas o más, dependiendo de la madurez del individuo. La formación y la caída
de la cuerna está regida por la testosterona. Tras la estación de cría al final del otoño, los niveles de
feromonas liberadas por el celo de las hembras disminuye lo que produce una bajada en los niveles de
testosterona en los machos. Esta caída de la testosterona origina la caída de las cuernas, que generalmente
se produce en invierno.
Machos en primavera a los que les están creciendo los cuernos.
El uapití es un gran artiodactiodáctilo, es decir posee un número par de dedos, como los camellos, las cabras
y las vacas. Y como ellos es rumiante, posee un estómago de cuatro cámaras y se alimenta de hierba, hojas y
cortezas. Durante el verano está casi constantemente comiendo, consumiendo entre 4 y 7 kg de materia
vegetal diariamente.
El uapití pesa más del doble que un ciervo mular y su pelaje es más rojizo y largo, su escudo anal es de
color beige o marfileño, mientras que el del ciervo mular es blanco níveo y más grande siendo la cola de
este último también más grande. Los alces en cambio son más grandes y más oscuros que los uapitíes, y sus
machos se diferencian claramente por sus enormes cuernos con superficies planas, además los alces son
solitarios y nunca van en rebaños como los uapitíes.
Distribución
La ubicación de los wapitíes varía según las estaciones del año. Durante los meses de verano cuando hay
abundante comida, se pueden encontrar vagando por las llanuras abiertas. A medida que se acerca el invierno
más frío, se hace más difícil encontrar fuentes de alimento. Es entonces cuando se trasladarán a las zonas
boscosas para vivir y ser capaces de encontrar tanta comida como puedan para sobrevivir.
Comportamiento
Los uapitís adultos generalmente viven en rebaños separados por sexos la mayor parte del año. Los uapitís
son polígamos, durante la época de celo los machos tratan de llamar la atención de las hembras para reunir
un harén en su territorio que defenderán de los demás machos. Los machos desafían a sus oponentes bramando,
emitiendo sonidos agudos parecidos a los de una trompeta, y cuando se enfrentan se ponen en paralelo y
empiezan a caminar adelante y atrás exhibiendo sus cuernas. Esto permite a los potenciales combatientes medir
la fuerza y el tamaño de sus oponentes. Si ninguno de los dos se echa atrás empezará la pelea chocando y
empujándose con las cuernas. Algunas veces alguno de los contendientes puede resultar gravemente herido.
Además los machos se marcan olorosamente excavando en el suelo, orinando sobre la tierra y revolcándose en el
barro producido. Así la orina empapa su pelaje dándole un fuerte olor que atrae a las hembras.
Los machos dominantes mantienen harenes de hembras durante todo el periodo de celo, desde agosto hasta
principios del invierno. Un macho defenderá un harén de unas 20 hembras o más de sus competidores y los
depredadores. Sólo los grandes machos adultos tienen grandes harenes para poder reproducirse, siendo su
edad óptima los ocho años de edad. Los machos entre dos y cuatro años o de más de once años raramente son
capaces de mantener un harén, y se mantienen la mayoría del tiempo del celo en la periferia de los grandes
harenes. Los jóvenes y los viejos pueden llegar a conseguir un harén pero sólo después que los machos
dominantes, al final de la época de cría. Los machos con harén rara vez se alimentan y pueden llegar a
perder más del 20% de su peso corporal. Los machos que llegan al celo en pobres condiciones físicas es
menos probable que aguanten al periodo donde se producen la mayoría de las concepciones o que conserven
suficientes fuerzas para aguantar los rigores del invierno venidero.
Los machos emiten bramidos con gran volumen, pudiéndose oír a varios kilómetros. Los bramidos a menudo son
considerados una adaptación a los ambientes abiertos, como praderas, páramos y sabanas, donde el sonido
puede viajar a gran distancia. Las hembras se sienten atraídas hacia el macho que emite bramidos con más
frecuencia y más alto. Los bramidos se emiten más a menudo al principio y al final del día y son uno de los
sonidos más característicos de las llanuras americanas junto a los aullidos del lobo.
Reproducción y ciclo vital
Las hembras de uapití tienen un celo muy corto, de solo un día o dos y el apareamiento generalmente comprende
una docena o más de cubriciones. Las hembras alcanzan la madurez sexual en el otoño de su segundo año de
vida, cuando han alcalzado los 200 kg. Generalmente tienen un cervato, muy raramente dos. La gestación dura
de 240 a 262 días, y los recién nacidos pesan entre 15 y 16 kg. Cuando las hembras están cercanas al parto
tienden a aislarse del resto del rebaño, y permanecerán solas hasta que el cervato sea lo suficientemente
grande para ser capaz de correr y escapar de los depredadores. Los cervatos recién nacidos son moteados,
como es común entre los cérvidos, y perderán estas motas al final del verano, aunque los uapitís de
Manchuria conservan unas pocas motas anaranjadas en su espalda hasta que son viejos. Después de dos semanas
los cervatos están listos para unirse al rebaño y serán destetados a los dos meses de edad. Los cervatos de
uapití alcanzan el peso de un ciervo de cola blanca adulto a los seis meses de edad. Los cervatos
permanecerán junto a sus madres durante el resto del año separándose de ella tras la siguiente época de cría
cuando nazca el nuevo cervatillo. El tiempo de gestación es el mismo en todas las subespecies.
Los uapitís viven más de 20 años en cautividad, pero la media de longevidad en la naturaleza está entre los
10 y 13 años. En algunas poblaciones salvajes que sufren menos presión de los depredadores la media puede
subir hasta los 15 años.
Dieta
Los uapitís son rumiantes y por lo tanto tienen un estómago con cuatro cavidades. Al contrario que los
ciervos de cola blanca y los alces que son principalmente ramoneadores, los uapitís principalmente pastan
hierba como las vacas, aunque como los demás ciervos también pueden ramonear hojas. Los uapitís tienen
tendencia a alimentarse principalmente por las mañanas y las tardes, buscando refugio en zonas resguardadas
entre comidas para hacer la digestión. Su dieta depende de la estación, siendo la base principal las hierbas
nativas durante todo el año, siendo suplementada con las cortezas de los árboles en invierno y con flores y
brotes de hojas en verano. El uapití consume una media de 9 kg de materia vegetal durante un día. Les gustan
especialmente los retoños de álamo que crecen en primavera, lo que ha ocasionado cierto impacto en los
bosques de álamos en las regiones donde hay uapitís.
Para estudiar la distribución y la clase de recursos que utilizan las poblaciones de uapitíes los
investigadores analizan los excrementos que dejan estos.
Defensas de los depredadores
Los machos de uapití mantienen sus cuernas durante más de medio año y es menos probable que se agrupen con
otros mientras tengan las astas. Los machos usan los cuernos como medio de defensa, además de las patadas
que dan con las patas delanteras que propinan ambos sexos en cuanto se les provoca. En cuanto se les caen
los cuernos los machos se unen al grupo de solteros en el que el número les proporciona protección frente a
los depredadores. Los rebaños suelen mantener uno o más vigías mientras los demás miembros del grupo comen o
descansan.
Los machos solitarios son vulnerables frente a los lobos.
Tras el celo las hembras forman grandes rebaños, de más de 50 individuos. Mantienen cerca a los recién
nacidos por medio de una serie de vocalizaciones. Las grandes guarderías siembre están vigiladas durante el
día. Cuando algún depredador se aproxima las hembras más grandes y robustas suelen interponerse y patearán a
los atacantes, e intentarán disuadir a los depredadores emitiendo sonidos guturales. Las manadas de lobos,
los coyotes y los pumas son sus depredadores más frecuentes, aunque los osos pardos y negros también depredan
sobre ellos. Los grupos de coyotes atacan principalmente a los cervatos, aunque también pueden matar a algún
adulto debilitado por el invierno. En el ecosistema del Gran Yellowstone, en el que se incluye el parque
nacional Yellowstone, los osos son el principal depredador de los cervatos. Entre los principales
depredadores en Asia se incluyen los lobos, los cuones, los osos pardos, los tigres siberianos, los leopardos
de Amur, los leopardos de las nieves. Los Linces boreales y los jabalíes pueden matar algunas veces a los
cervatos de uapitís asiáticos. Históricamente los tigres cazaban uapitíes de Manchuria en la región del
Baikal y continúan haciéndolo en la región de Amur.