Es un felino que despierta muchas pasiones entre las personas por su belleza y fortaleza, pero
desgraciadamente esto no lo convierte en inmune a las amenazas a sí mismo y a su medio ambiente.
Aunque actualmente no está amenazado de manera global según la IUCN, aunque sí que está próximo a
la vulnerabilidad, si concretamos un poco más vemos que en cada uno de sus países de manera
individualizada sí que tiene muchos problemas, y en algunos de ellos incluso está en peligro de extinción,
o ya ha desaparecido.
Por todo esto no hay que quedarse esperando y hay que actuar ya, como se está haciendo en la inmensa
mayoría de las áreas donde se le puede encontrar.
Importancia de la conservación del Jaguar
Entre otras muchas cosas, el jaguar tiene unas características que lo hacen único y
digno de protección, y es que cada especie es única.
Para empezar, el jaguar es el felino más grande de América,
y el único representante del género Panthera allí (Nowell y Jackson 1996);
además es la tercera especie de felino más grande del mundo y es el mayor
depredador en las zonas selváticas donde habita junto al caimán.
Razones de peso para conservar el jaguar, pero hay más.
Clasificación del Jaguar según la UICN
Próxima a la vulnerabilidad (NT)
Según la información de la UICN (2002), sobre la base de estimaciones de densidad y
rango geográfico (Nowell y Jackson 1996), se estima que la población de jaguar
presenta menos de 50.000 ejemplares adultos, con tendencia a la baja debido a la
persecución y la degradación de su hábitat y presas, y podría clasificarse como
vulnerable si esta tendencia persiste, o si se obtiene más información disponible
sobre la especie que lo verifique.
Actualmente la considera próxima a la vulnerabilidad (NT), lo cual quiere decir:
La especie no es objeto de medidas de protección especial, pero su población es escasa,
está concentrada en un hábitat muy restringido o amenazado de restricción, o se espera
que se presente reducción en la población en los próximos años.
Situación del Jaguar
En las civilizaciones precolombinas de México, Guatemala y Perú, el jaguar era venerado
como una criatura divina. Pero el respeto hacia este animal se perdió cuando empezó a ser
cazado por su piel. En los 60 particularmente hubo una disminución significativa de ejemplares,
con más de 15000 pieles de jaguar sacadas de la Amazonía brasileña anualmente, por lo que la
Convención sobre en Comercio Internacional de Especies Amenazadas (CITES) en 1973 consiguió
una brusca disminución del comercio con sus restricciones. Actualmente el comercio internacional
de jaguar o de sus partes está totalmente prohibido.
Aun así hoy en día, la caza por su piel sigue siendo una amenaza. Y aunque estén bajo
protección en los países Sudamericanos, siguen muriendo jaguares a manos de los rifles de los
ganaderos. En algunos sitios, como por ejemplo en Guyana Francesa, todavía se sigue permitiendo
la caza del jaguar.
La especie ha perdido el 37 % de su rango histórico, y su condición es desconocida en un 18 %
del territorio adicional.
Debido al difícil acceso de algunas de las zonas que habita, y a sus hábitos nocturnos, muchas
veces estimar la cantidad de jaguares es difícil.
Subespecies del Jaguar
Este felino está tan distribuido por América que necesariamente las poblaciones más o menos aisladas
se han ido identificando con ciertas características sutiles pero importantes que han llevado a la
especie a contar con nada menos que nueve subespecies:
P.onca onca:
El jaguar del amazonas está distribuido en toda la cuenca del río Orinoco y Amazonas, incluyendo a Venezuela,
Las Guayanas, el norte y Centro del Brasil y el este de Bolivia. Según el catálogo Nacional de Colombia
también se encuentra en Colombia.
P. onca peruviana:
El jaguar de Perú está en Ecuador, Perú y Bolivia.
P. onca hernandesii (bastante reducida):
El jaguar mexicano occidental habita el oeste de la altiplanicie central mexicana, desde Sinaloa hasta
Tehuantepec y el sur de Guatemala, pero está muy disminuida. El límite de distribución ha retrocedido en
unos mil kilómetros al sur de Sinaloa y Tamaulipas en México.
P. onca centralis (poblaciones muy disminuidas):
Al jaguar de Panamá se le encuentra desde Honduras hasta El Salvador (donde ya no existe), en Nicaragua,
Costa Rica y Panamá, hasta Colombia, con poblaciones muy disminuidas.
P. onca arizonensis (Extinta):
El Jaguar de Arizona, distribuido en el suroeste de Estados Unidos, desde Arizona y Nuevo México hasta
Sonora en el Noroeste de México. En Arizona llegó a habitar hasta el Gran Cañón, inclusive hubo ejemplares
que entraron en California, donde el último récord es de Palm Spring en 1860. Esta subespecie está extinta,
los dos últimos ejemplares fueron matados en Arizona, uno en 1971 y otro en 1986.
P. onca veraecrucis (muy amenazada de extinción):
El Jaguar de Texas o jaguar mexicano oriental, habitaba el suroeste de Texas llegando probablemente a la
parte baja de Luisiana, distribuyéndose en México sobre Tamaulipas y Veracruz, hasta Tabasco. Esta subespecie
tampoco tiene ya poblaciones viables en Estados Unidos. En general Sam Houston lo catalogó como abundante en
las cabeceras de algunos tributarios del Río Grande, alrededor de 1850 habiendo encontrado ejemplares al este
del Río San Jacinto en Texas. El último jaguar de Texas lo mataron cerca de Kinsville en 1946.
P. onca goldmani:
El jaguar de Yucatán es una de las subespecies centroamericanas de las más abundantes. Habita el suroeste
de Yucatán en México, Belice y del norte de Guatemala. En 1974 quedaban alrededor de un millar de jaguares.
La cacería comercial y la exportación de pieles están prohibidas, pero aún en 1986, se permitía la cacería
deportiva de 45 ejemplares al año (el 10% de una población estimada de 450. Esta cacería deportiva legal
fue permitida hasta 1986 y vedada en 1987 en todos los estados menos en Campeche.
P. onca palustris:
Los ´Tigres´ del norte argentino, Paraguay y Matto-Grosso, que representan esta subespecie, son los más grandes
que se conocen
P.a onca paraguaensis:
El jaguar del pantanal o del paraná está distribuido desde el sur de Brasil (sur de Mato Grosso y Sao Paulo)
hasta la Pampa central de Argentina, incluyendo además a Paraguay y parte de Uruguay. Esta la más pesadas de
las subespecies, fue exterminada en Uruguay a principios de este siglo y en la Pampa central de Argentina
hacia 1925, quedando algunas poblaciones aisladas al norte de Argentina, en Paraguay y a l sur del Pantanal
Brasileño.
Características del Jaguar
La presencia de jaguares en un área es un indicador de la salud del ecosistema, porque quiere decir que las
poblaciones de sus presas -chanchos de monte, antas, venados, tatús- están bien. Y si estos herbívoros están
en buenas condiciones, la vegetación también.
La piel tiene fondo amarillo rojizo, excepto en el interior de las orejas, en la parte inferior del
hocico, las mandíbulas, la garganta y demás partes bajas del cuerpo, donde el color es más pálido; en la parte
inferior de las patas predomina el blanco. Además tiene las características manchas negras, tipo rosetas,
redondas, alargadas o rayas irregulares que se bifurcan en la cruz y vuelven a juntarse en el lomo, formando en
los flancos líneas más o menos paralelas; más pequeñas en la cabeza, el cuello y las patas que en el resto del
cuerpo. La cola tiene anillos en su tercio posterior. No hay dos jaguares con el mismo patrón de manchas.
Son parecidos al leopardo de Asia y África, pero el jaguar es más robusto, tiene cabeza más grande y cola más
corta. Además, aunque el jaguar es buen trepador, no pasa tanto tiempo sobre los árboles; su pelaje también es
más anaranjado y tiene las rosetas más grandes que el leopardo. No atacan a los hombres como los leopardos, que
sí tienen registros de ataques al hombre.
El peso de un jaguar adulto va de 45 a 130 kg dependiendo de la subespecie, pudiendo llegar a pesar 150 kg.
Las hembras son entre un 10 y 20 por ciento más pequeñas que los machos.
Su longitud es de 1.70 a 2.30 m, y una altura hasta la cruz de unos 85. Su cola mide entre 45 y 75 cm.
La esperanza de vida de un jaguar en cautividad es de 22 años. En el entorno salvaje probablemente es de
10 años, excepto en raras ocasiones que puede llegar hasta los 20 años.
En contraste con los otros grandes felinos, el jaguar gruñe pero rara vez ruge.
Posee hábitos nocturnos, aunque tiene algo de actividad durante el día. Gracias a estudios de radioseguimiento
se ha sabido que suelen estar activos el 50 a 60 % del día (contando las 24 horas; según otro estudio con
cámaras de trampeo en Bolivia pueden estar activos a cualquier hora del día, con picos desde al amanecer
hasta media mañana en ambas épocas (5:00 – 10:00 horas) y por la noche (20:00 – 0:00 horas) más pronunciado
en la época lluviosa.
La agudeza de sus sentidos del olfato y el oído y sus habilidades para correr, trepar árboles, nadar y
moverse agazapado tras una presa lo convierten en excelente cazador.
Al estar habituado a biomas selváticos con poca luz (aunque su área de dispersión llegó a abarcar praderas y
estepas), posee ojos nictálopes, que permiten una notable visión en la oscuridad, merced a una membrana
reflectante en el fondo del ojo que concentra la luz en el campo focal de la retina. (Esta es la razón por la
cual cuando enfocas con una luz a un gato en la noche, sus ojos parecen iluminarse, porque reflejan mucho la luz).
Por otra parte, y a diferencia de otros felinos, son excelentes nadadores y están también adaptados para la caza
de presas acuáticas y subacuáticas desde la superficie; en tales casos, las vibraciones de los peces, yacarés
y tortugas les llegan nítidamente a través de sus patas y bigotes.
Su olfato está muy bien desarrollado y puede detectar por el olor presas a bastante distancia, en tales
casos abre la boca facilitando así una mejor llegada de las moléculas odoríferas a sus órganos olfativos.
El tamaño y la defensa de sus territorios varía en función de la disponibilidad de alimento y de
lasoportunidades de reproducción. Durante el día los machos suelen desplazarse unos 3,3 km y las hembras 1,8 km
por sus territorios. Ambos sexos tienden a desplazarse mayores distancias en la época seca, posiblemente por
la mayor escasez de alimento.
Los machos tienen territorios mayores que los de las hembras y aunque estos territorios no se sobreponen con
el de otros machos, si lo pueden hacer con los territorios de algunas hembras adultas. La delimitación del
territorio, lo hacen mediante marcaje de orina, excrementos u otro tipo de señales, como rascaduras en
árboles o vocalizaciones. En caso necesario para defender el territorio, pueden llegar al enfrentamiento
directo.
Los territorios de los machos alcanzan extensiones hasta de 380 km2, mientras que las hembras ocupan
territorios hasta de 134 km2 en promedio . Cuando el hábitat es óptimo y la densidad de jaguares es alta,
los machos ocupan pequeños territorios de aproximadamente entre 30 y 50 km2, mientras que una hembra entre
15 y 25 km2
Las hembras alcanzan la madurez sexual entre dos y dos años y medio, mientras los machos entre
tres y cuatro años de edad. La última reproducción suele ser a los 8 años .
Aunque durante la mayoría del año el jaguar es un animal solitario, llegada la época de celo buscarán un
compañero o compañera; la época de cela en los trópicos no está limitada a ninguna estación del año en
particular, aunque en algunas áreas geográficas se puede encontrar la época de reproducción asociada a
alguna época climática especifica. Esto ocurre en zonas donde las estaciones hidroclimáticas son muy
marcadas y pueden influir en la disponibilidad de presas. Por ejemplo, Leopold (1959) menciona que en
México los nacimientos ocurren entre julio y septiembre, pero éstos varían geográficamente.
Entonces pasarán 4 o 5 semanas con la pareja elegida. Durante el celo el comportamiento de la hembra cambia.
Su apetito no decrece, pero gruñe, se frota contra objetos y rueda en el suelo frecuentemente. Durante el
apareamiento, la hembra es ruidosa, mientras el macho no.
Tras un periodo de gestación de alrededor de entre 93 y 110 días (unos 100 días de media) la hembra
selecciona un lugar protegido para dar a luz a sus crías. El nacimiento suele ocurrir durante la estación
de lluvia, cuando hay mucha comida y entre los matorrales impenetrables de la selva.
Elige lugares como cuevas, huecos entre las raíces de los árboles, matorrales o rocas y en los taludes
que se originan en las orillas de los ríos.
Tienen partos de 1 a 4 cachorros, que al nacer son ciegos y pesan entre 700 gr y 900 gr. Los cachorros
nacen con un pelaje largo, lanoso y de color pálido, con un patrón moteado de manchas negras redondeadas
con coloración pálida en el centro, curiosamente en la cara presentan rayas negras. Toman la coloración
definitiva de adulto a los 7 meses. Después de 2 semanas abren los ojos.
Las hembras se encargan exclusivamente del cuidado de las crías. Al principio la madre y sus crías viven
en una madriguera en el suelo o en un árbol y, en situaciones de peligro, traslada las crías con la boca.
Después de 6 u ocho semanas, los pequeños acompañan a su madre en sus excursiones. A partir de los 3 a 6 meses
dejan de mamar, y hasta los dos años viven y cazan con su madre. A partir de entonces se independizan de la
madre y comienzan su proceso de dispersión y búsqueda de territorio propio. Este proceso de dispersión coincide
con el celo de la madre.
Influencia del Jaguar
El jaguar se utiliza ampliamente como un símbolo en la cultura contemporánea. Es el animal nacional de Guyana,
y figura en su escudo de armas. También es el nombre de una marca de coches de lujo. El nombre ha sido adoptado
por las franquicias de deportes, incluyendo los Jaguares de Jacksonville y los Jaguares de Chiapas F. C.,
también conocidos simplemente como Jaguares, un equipo de fútbol profesional que participa en la Primera
División de México. El escudo de la Unión Argentina de Rugby también tiene un jaguar dibujado, aunque se
les apoda Los Pumas.
Importancia de la especie
El Jaguar es el depredador de mayor talla en el Neotrópico y desempeña un papel ecológico fundamental,
pues afecta las densidades poblacionales de sus presas y es una factor limitante de éstas
(Medellín et. al., 2002). La desaparición de los jaguares puede causar cambios en los ecosistemas.
Eliminar a los grandes carnívoros de un ecosistema tiene un impacto en la abundancia de diversas
especies, ya que su ausencia puede generar el crecimiento poblacional de las presas y de depredadores
de menor tamaño; esto, a su vez, puede tener implicaciones severas en la dinámica de la comunidad y
el ecosistema, que finalmente conduzcan a sistemas ecológicos simplificados y empobrecidos.
Cómo caza el Jaguar
El jaguar es más activo durante el atardecer y la noche. Siendo un corredor de corta distancia
bastante rápido caza su presa principalmente en el suelo. Es un gran nadador y puede incluso cruzar
ríos con una anchura de varios kilómetros.
El jaguar pasa más del 50% de su tiempo cazando y, entonces, puede cubrir una distancia de 3 o
4 km al día e incluso más durante sequías cuando hay poca comida. El jaguar tiene un territorio fijo que
puede cubrir hasta 40 km2.
El jaguar es considerado un carnívoro oportunista y su dieta depende de la densidad y disponibilidad
de las presas. Más de 85 especies han sido registradas en la dieta del jaguar (Seymour 1989).
Las grandes presas, como pecaríes, tapires y ciervos son de sus favoritas, aunque también se alimenta
de otros mamíferos como monos y el oso perezoso, dependiendo siempre de su disponibilidad en cada lugar.
Hay que tener en cuenta que por ejemplo los grandes herbívoros están en menor cantidad en la selva que
en zonas más abiertas, donde son más tendentes a formar grandes grupos; esta es una de las causas que
marcan la diferencia en su alimentación en selvas y zonas abiertas. También caza ranas, tortugas,
serpientes e incluso puede atacar a caimanes, aunque sean significantemente más grandes que él.
También come peces y pájaros que tienen sus nidos en el suelo.
En lugares donde habita el jaguar y hay ganado se dan casos de que cace a estas presas fáciles, debido
a la escasez de sus presas naturales y la pasividad de estas nuevas presas.
El jaguar come sus presas pequeñas enteras y de inmediato. Cuando caza una presa grande, come una parte
y se retira para hacer una siesta y luego regresa más tarde para acabársela. Si un jaguar mata a un
animal fuera del bosque se lo lleva adentro. A veces incluso arrastra su presa a través del río.
La abertura máxima de la boca conocida está en un ángulo de aproximadamente 65 a 70°. Esta característica
unida a sus fuertes caninos le son vitales para cazar: en efecto, la técnica de caza del yaguareté es el
acecho, que culmina con un salto inesperado y un mordisco en la nuca para romper las vértebras cervicales
o el cráneo de su víctima. La perforación del cráneo solo la realizan los jaguares de entre los grandes
felinos para matar a sus presas. Según algunos autores (Emmons (1987)) su gran cabeza y grandes y fuertes
caninos podrían ser una adaptación a abrir grietas en animales blindados´ tales como algunos reptiles o
tortugas.
Nombres del Jaguar
La cantidad de nombres que recibe el jaguar es impresionante, y difiere mucho de unos países a otros, por
lo que el uso de su nombre científico al hablar del jaguar en un medio de difusión a nivel internacional es
importantísimo; aquí hay un listado de los nombres que recibe:
- BOLIVIA : Jaguar, Yaguareté, Tigre Americano.
- COLOMBIA : Jaguar, Mancueva, Mano de lana, Mano de plomo, Onza pintada, Otorongo, Pantera, Tigre, Tigre amapolo, Tigre Malibú, Tigre mariposo, Tigre negro, Tigre pintado, Tigre pintamenuda, Tigre pintamenidita, Tigre real, Tigre serrano, Uturuncu, Yaguar, Yavarete, Zawuaarete, Sipgua (en lengua muisca ´chibcha´)
- ECUADOR y PANAMÁ : Jaguar, Tigre.
- PERÚ : Jaguar, Otorongo, Tigre.
- VENEZUELA: Daaba (Barí), Ira (Yanomami), Gápanemé (Yaruro), Pondamé (Yaruro), Sabraba (Barí), Tigre , Tigre mariposo, Toobe (Warao), Washaema (Yanomami), Yaguar.
- BRASIL: Onça, Onça Pintada, Onça Canguçu
- GUAYANA FRANCESA: Tig Marqué
- PARAGUAY: Jaguareté
- SURINAM: Penitigri
- ARGENTINA: Tigre; en el noroeste argentino (Salta y Jujuy) se le dice Tigre Manincho a los Jaguares que, según los pobladores locales, son más pequeños, distinguiendo entre estos y otros más altos y de patas más largas, aunque no hay evidencias científicas de ello. Uturunco (Quechua, noroeste de Argentina).
- En maya se le llama Zac-bolay
En casi toda su área de distribución actual en Argentina y en muchos otros países se lo llama popularmente Tigre,
debido al parecido que encontraron los primeros conquistadores de América con el gran felino asiático y con el
que lo bautizaron, casi con seguridad, para siempre.
A la pantera negra se le puede llamar también onça negra, yaguara pichuna o yagua-hu.
La pantera negra
La pantera negra que todos conocemos no es más que un jaguar melánico, donde el amarillo es suplantado por
un tono pardo de oscuro a negro.
Se caracterizan por tener un exceso de melanina que los hace verse oscuros, aunque si nos fijamos se pueden
ver las rosetas características del jaguar.
Este melanismo es relativamente frecuente, ya que se hereda a partir de un gen dominante al que expresa el
color normal.
En el caso de los ejemplares blancos (tigres blancos, leones blancos...) ocurre lo contrario, ya que el gente
que expresa la falta de melanina es recesivo y ambos padres deben de presentarlo para que los hijos salgan así,
por eso es más infrecuente. Los ejemplares albinos son también muy raros por esta razón.
Los jaguares que habitan en bosques son en general de tamaño más pequeño y suelen presentar más ejemplares
melánicos que los que habitan en zonas más abiertas.
Entre los jaguar existen también ejemplares albinos, pero son muy raros. En Paraguay y en Salta (Argentina)
hay datos de que se han visto algunos.
Habitat y distribución del Jaguar
A finales del siglo XV, el área de distribución de la P. onca era mucho mayor que en la actualidad; su límite
septentrional se ubicaba mucho más al norte en América del Norte, encontrándose en parte de California, Texas
y Nuevo México, en los actuales Estados Unidos; su límite meridional se encontraba hacia los 40º S, en Chubut,
Argentina. Desde entonces hasta la actualidad, el jaguar ha sido exterminado por el hombre fuera de las áreas
más selváticas o inaccesibles.
El jaguar vive en una extensión actual de terreno estimada en 8.75 millones de km², y se estima que a largo
plazo tenga una probabilidad de permanencia en más de de 6 millones de km ² (Sanderson et al., 2002). Aun así
no hay que bajar la guardia, ya que está amenazado por la pérdida continua de hábitat y la persecución por su
hermoso cuerpo y bien dibujada piel. Junto a la fragmentación del hábitat estas son las principales amenazas
por la que se le considera próximo a la amenaza, esperando que no salte el umbral. Y es que si las amenazas
continúan, se prevé que pase a ser vulnerable a nivel mundial en un futuro próximo.
Su hábitat está constituido por una gran variedad de ecosistemas: selvas tropicales de la cuenca amazónica,
bosques de hoja caducifolia, bosque húmedos, zonas de matorral, llanuras herbáceas y zonas ribereñas, sabanas
pantanosas y matorrales espinosos áridos. Aparentemente tolera una gran variedad de condiciones ambientales,
pero se caracteriza principalmente por su estrecha asociación con hábitats húmedos próximos a cursos de agua
y con coberturas vegetales densas, al igual que aquellos con presas abundantes; por ello es más abundante en
los bosques húmedos tropicales de Centroamérica y Brasil, y su presencia disminuye en las montañas, donde es
sustituido por el puma.
El jaguar y el puma (Puma concolor) sobreponen sus áreas de distribución, pero dividen dicho territorio,
por lo que se asume que las dos especies difieren ecológicamente y de esta manera pueden coexistir de manera
estable. El puma además utiliza zonas más secas y aprovecha presas más pequeñas que el jaguar donde sus áreas
se sobreponen.
El área de distribución de la especie ha venido sufriendo una serie de cambios debido a la expansión agrícola
y pecuaria, la transformación de suelos para cultivos y ganadería, ha reducido su hábitat y el de sus presas
considerablemente. (Romero et al. 2004).
En la Orinoquia colombiana, tanto el río Bita, como el Tomo y Tuparro aún mantienen el 85-95% de sus ecosistemas
intactos (Romero et al. 2004).
Actualmente se distribuye por América, desde el suroeste de los Estados Unidos y el sur de México, hasta el sur
de Brasil y el norte de Argentina (en las provincias de Salta, Jujuy, Formosa, Misiones, El Chaco y Santiago del
Estero). Se le puede encontrar hasta a 3.300 metros de altitud.
La mayoría de los jaguares viven en las partes templadas de Sudamérica, a lo largo de los grandes ríos Paraná,
Paraguay y Uruguay. La población más grande se encuentra en la cuenca del Amazonas, donde hay un jaguar adulto
por cada 15 km2.
Situación del Jaguar por países
La IUCN ofrece un listado de países donde hay y donde se ha extinguido el jaguar:
México; Argentina; Nicaragua; Brasil; Estados Unidos; Costa Rica; Honduras; Panamá; Bolivia; Colombia;
Perú; Venezuela ; Paraguay; Ecuador; Guatemala; Belice; Guyana; Surinam; Guayana Francesa.
Está regionalmente extinto en El Salvador y Uruguay.
MÉXICO
Categoría de amenaza: peligro de extinción.
En la Norma Oficial Mexicana 059 está catalogado como en Peligro de extinción (P).
En México esta especie se distribuye desde las selvas tropicales del sureste de México, hasta el Río Bravo
en el Golfo y en la Sierra Madre Occidental de la costa del Pacífico, hasta los límites con Belice y Guatemala.
Por lo regular, la altitud de estas zonas es de 1000 metros sobre nivel del mar.
Existen áreas naturales de protección para este felino, las más importantes son las reservas de la biosfera
Calakmul en Campeche y Sian Ka'an en Quintana Roo. El jaguar está extinto en la zona de los Tuxlas y en la mayor
parte del sureste de México como resultado de su cacería intensiva y de la destrucción de la selva
(COATES-ESTRADA & ESTRADA, 1986).
En los 90 se estimaron alrededor de 350 jaguares en algunas áreas del estado de Chiapas, México. En 1992 se
estimaron de 125 a 180 jaguares en México en un área de 4000 km 2 en la Reserva de la Biosfera Calakmul y otros
350 en el estado de Chiapas. En el 2006 se calculaba que quedaban en México entre 100 y 150 ejemplares.
(Según información de Oscar Moctezuma, director de Naturalia, Comité para la Conservación de Especies Silvestres).
En Calakmul se estimó una densidad de un jaguar por cada 26 - 32 Km2 con una proporción de uno a uno de machos
y hembras.
El conocimiento sobre el tamaño de las poblaciones de fauna silvestre es un aspecto básico para su estudio y
manejo. Entre las pruebas técnicas que pudieran emplearse con este felino, la colecta de huellas y la
diferenciación de individuos con base en ellas, es una metodología práctica en áreas con buenas condiciones
para la impresión de pisadas. Una mejor diferenciación y análisis de huellas se logra mediante la elaboración
de moldes de yeso de las mismas. En el lugar donde se utiliza esta técnica de trabajo (380 km2), se identificó
la presencia de seis ejemplares machos adultos, seis hembras adultas, cinco juveniles transeúntes y una cría.
Con base en los datos anteriores es con lo que se estimó la densidad de jaguares en el lugar.
La parte sur de la reserva que continúa con el Petén guatemalteco es de gran importancia ya que ambas regiones
unidas representan una de las áreas de mayor importancia para la conservación del jaguar en Mesoamérica, entre
otras cosas por su capacidad para albergar una población genéticamente sana (ARANDA, 1990).
Además de estos estudios concretos, para lograr la conservación del jaguar y su hábitat, en el 2000 se
constituyó elSubcomité Técnico Consultivo Nacional para la Conservación y Manejo del Jaguar. Aquí se
analizan las prioridades de conservación, manejo y aprovechamiento sostenible que requiere el Proyecto
Nacional de Conservación y Manejo de la especie (PREP) publicado en el 2006.
Adicionalmente, el Jaguar es una de las especies seleccionadas para ser atendidas a través del Programa de
Conservación de Especies en Riesgo (PROCER), por lo cual se encuentra en proceso de inclusión en el Programa
de Acciones para la Conservación de Especies (PACE); aquí se plantean una serie de acciones como el
establecimiento de un seguro ganadero para atender los conflictos de depredación de ganado, análisis de los
movimientos de ejemplares, monitoreo de presas y vigilancia en zonas donde se presentan conflictos con la
especie, entre otras. (Información del Subcomité Técnico Consultivo Nacional para la Conservación y Manejo
Sustentable del Jaguar).
En Yucatán especialistas de WCS y de México tienen planes de apoyo para la conservación de felinos en la
reserva de Sian K'aan, en la sudoriental península mexicana de Yucatán.
Arraigo cultural: Este felino ha sido objeto de culto en gran parte de los amerindios; ha sido considerado
también como ligado al chamán y sus prácticas. Los guerreros - jaguar mexicas, de ascendencia noble, portaban
pieles de yaguar (en nahuatl ocelotl) sobre las espaldas a modo de distintivo en la batalla.
Está dentro del listado de las ´Especies de Mamíferos del Estado de Durango con Problemas de Conservación
de la Normativa Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2001 del 2002.
Normalmente un territorio de un macho casi no se solapa con el de otro macho; los territorios de las hembras,
más pequeños, tampoco se solapan entre sí, pero el territorio de un macho sí que se suele solapar con el de más
de una hembra.
ARGENTINA
Categoría de amenaza: peligro de extinción.
En particular, en el noroeste de Argentina el desarrollo de la ganadería extensiva es un importante factor de
presión sobre las poblaciones de jaguares. Los ganaderos cazan el jaguar por considerarlo como el único
depredador de bovinos y el causante de toda desaparición de animales, subestimando otras causas frecuentes
de mortalidad del ganado.
En Misiones, Argentina, las zonas más afectadas por predación de Jaguares sobre ganado doméstico o perros son
los límites este (zonas rurales de Colonia Andresito y Caburé-i) y la zona sur (área aeropuerto y chacras vecinas)
del Parque Nacional Iguazú, la zona ganadera de Montecarlo en el centro, y también hay algunos casos denunciados
en la zona de Ruiz de Montoya, cerca del Parque Provincial Salto Encantado y un poco más al sur, cerca de
Jardín América, éste último caso merece confirmación por ser muy reciente y carecer de mayores detalles.
En Salta y Jujuy, los ataques registrados se dan en casi todas las comunidades aborígenes, que realizan
ganadería bajo monte en forma extensiva, la ausencia de cuidados o vigilancia favorece los ataques a terneros.
Estas zonas podría demarcarse desde el sur-oeste del Parque Nacional Calilegua hasta la zona de Baritú y todo
el sector intermedio, con casos frecuentes de ejemplares cazados. También en la zona ubicada entre Orán y
Acambuco, sobre las sierras de Tartagal y las márgenes del Río Grande de Tarija.
Tras el Venado de las Pampas (Ozotoceros bezoarticus) es el mamífero de gran tamaño que más territorios ha
perdido en Argentina, alrededor del 85% de su distribución original.
Según Humboldt, a principios del siglo XIX salían anualmente para Europa, sólo del puerto de Buenos Aires,
2.000 pieles de jaguar. Hacia principios de 1900 aún se encontraban algunos ejemplares en regiones aisladas de
la pampa húmeda y hacia mitad de siglo ya había desaparecido casi hasta su distribución actual. Por ejemplo, en
la Pampa central de Argentina, ya estaba totalmente extinto hacia 1925. Según Canevari (1), el último ejemplar
parece que fue una hembra capturada como cachorro en la Estancia San Basilio, alrededor de 1903. En esta zona
el Jaguar habitaba los grandes y densos pajonales que rodeaban a las zonas inundadas y cursos de agua, ya que en
la misma no hay bosques.
En Argentina se le puede encontrar en Misiones, Norte de Corrientes, Oeste de Chaco y Formosa, Noreste de
Santiago del Estero, Salta y Jujuy. Antiguamente alcanzaba en su distribución hasta el Río Santa Cruz. A
principios del Siglo XX se hallaban Yaguaretés en Buenos Aires, La Pampa y Córdoba.
En las últimas décadas su rango de distribución se ha mantenido relativamente estable, debido principalmente a
la marginalidad y lejanía respecto de las grandes ciudades y a la ineccasibilidad de sus actuales territorios.
Sin embargo, en los últimos 10 años, en las zonas límite de su distribución, se ha vuelto cada vez más raro y
seguramente con ejemplares en tránsito o ya aislados.
Arrinconado en las Yungas de Salta y Jujuy, una porción poco estudiada del chaco seco y en la selva Misionera,
la situación del Yaguareté en Argentina es complicada, pero aún es posible lograr su supervivencia.
Los jaguares o tigres de las Yungas y del Chaco Seco podrían tener aún alguna mínima posibilidad de contacto
(no hay estudios que lo aseguren, sólo datos aislados de ejemplares en esa zona), pero a largo plazo ya casi
podemos decir que es muy difícil, por el avance de la frontera agropecuaria que lo priva de su hábitat y lo
expone a fatales (para los felinos) encuentros con el hombre. De todos modos, su distribución es conocida solo
de manera parcial, ya que en algunas zonas hay estudios insuficientes, como en el Parque Nacional Pilcomayo,
en Formosa, donde se piensa que no hay pero en ocasiones se han comunicado avistamientos. Hoy quedan pocos y
la situación es difícil, pero hay algunas esperanzas en manos de los Nuevos Tigreros y en algunos proyectos
interesantes que deben ser mejorados y apoyados, como la Reserva de Biósfera de las Yungas (en Salta y Jujuy),
el Corredor Verde y la Reserva de Biósfera Yabotí (en Misiones) y el Parque Nacional
Copo (en Santiago del Estero) y alrededores (Chaco y Formosa).
Red Yaguareté: (www.jaguares.com.ar)
La Red Yaguareté es una Fundación sin ánimo de lucro cuyo objetivo central es la conservación del mayor
felino de América, el Yaguareté y de los ambientes donde aún habita en el país; las selvas y montes
subtropicales del norte de Argentina.
La crítica situación que vive el Yaguareté en Argentina, generó que desde la Administración de Parques
Nacionales (APN) se haya comenzado a trabajar en conjunto con los gobiernos de las 6 provincias que aún
albergan a la especie, ONGs y otros actores involucrados, en la generación de un plan de manejo para la especie.
Protección en Argentina: el yaguareté se encuentra protegido por diferentes leyes en la Argentina, tanto a
nivel nacional como provincial en distintas jurisdicciones:
Ley nacional de Conservación de la fauna (ley 22.421).
Monumento Natural Nacional Yaguareté (Ley 25.463): está declarado monumento natural desde el 2001
Monumento Natural Provincial Yaguareté en Misiones (ley 2.589): está declarado monumento natural
provincial y de interés público en Misiones junto al tapir (Tapirus terrestres), y el oso hormiguero
(Myrmecophaga tridactyla) a fin de lograr la preservación, conservación, reproducción y evitar
la desaparición de estas especies. Tambíen está declarada zona de veda total para la caza de estas especies,
queda expresamente prohibida la posesión de animales cautivos y de sus productos con excepción de ejemplares
autorizados por la Subsecretaría de Ecología que tenga fines de recría o educativos y de los productos cuya
posesión fuera anterior a la sanción de esta Ley. Se promoverá la investigación necesaria y en medios adecuados
para reproducir en cautiverio con fines de intercambio, interés científico o de repoblamiento de estas especies.
Monumento Natural Provincial Yaguareté en Chaco (ley 4.306).
Monumento Natural Provincial Yaguareté en Salta (decreto 1.660).
Además, existen otras leyes que protegen sus ambientes naturales.
BRASIL
Categoría de amenaza: peligro de extinción
La lista oficial de mamíferos brasileños amenazados de extinción de IBAMA lo incluye en esta categoría.
El Pantanal es la mayor superficie estacionalmente inundada del mundo, extendiéndose por 100000 km2 entre
Brasil, Bolivia y Paraguay. Pero se estima que solo hay una densidad de 1,4 ejemplares por cada 100 km 2
en el Pantanal brasileño donde hay zonas relativamente poco inalteradas. Solo existen poblaciones
intactas en el norte-centro y en el extremo sur de la región, separados por más de 150 km.
Existen reservas donde está protegido como es la de Foz do Iguaçú (localidad de Brasil ubicada en el
extremo oeste del estado de Paraná, en la frontera con la Argentina y con el Paraguay).
Los ejemplares más grandes viven en el estado brasileño de Mato Grosso.
NICARAGUA
Situación: peligro de extinción.
En Nicaragua esta prácticamente extinto a consecuencia de los procesos bélicos; de hecho, en la región del
Pacífico ya se encuentra extinto. Se encuentra sólo en los bosques de la región Atlántica, en las reservas
boscosas grandes como la Reserva Biológica Indio Maíz, Cerro Silva, Wawashán y la Reserva de la
Biosfera Bosawá (Fuente: MARENA Dirección General de Recursos Naturales).
Además, en Nicaragua y Guatemala, se deforestaron un total de 121.000 y 90.000 ha por año respectivamente
entre 1981 y 1985 que afectaron intensamente a la fauna y flora en general.
Pero hay una buena noticia, ya que en febrero de 2008 se publicó una noticia en la cual se dice que se va a
introducir un plan de conservación para la especie (Fuente: Periódico digital la Jornada). Y es que el
Ministerio del Ambiente y Recursos Naturales MARENA destinará 5 millones de dólares para preservar la
fauna que está en peligro de extinción, según dijo Roberto Araquistain (Vice -Ministro de la institución
del Medio Ambiente). Esto ha sido promovido por el interés por desarrollar una investigación que permita conocer
el comportamiento del hábitat territorial del jaguar, su cadena alimenticia, las especies que existen, su salud
y desarrollo, ya que es el depredador más grande que existe en Nicaragua. Aseguró también John Polisar,
especialista en conservación de jaguares, que será introducido un programa de conservación de jaguares en
Nicaragua, Centroamérica, y serán involucrados varias ONGs y pobladores originarios de la zona del Caribe
donde se observa esa especie de felinos.
ESTADOS UNIDOS
Categoría de amenaza: peligro de extinción.
Ha sido clasificado por US Fish & Wildlife Service.
Según la web de US Fish & Wildlife Service hay jaguares en Arizona, Oklahoma, Nuevo Mexico y en Texas.
Sin embargo, la subespecie propia del jaguar de Estados Unidos ya se extinguió, y los avistamientos que se han
producido son de jaguares procedentes seguramente de México. Estos felinos se dejan ver poco, y siempre al sur
de Estados Unidos, casi todos en la zona más cercana da México. Además todos los avistamientos registrados son
de machos solitarios, y nunca de hembras con crías, lo que hace pensar que actualmente no hay zonas en
condiciones en Estados Unidos para que se asiente una población de jaguar o críen.
En Estados Unidos tan solo hay un 1% de hábitat de jaguares.
La US Fish & Wildlife Service tiene refugios donde entre otros hay jaguares; estos son: Refugio Nacional
para la Vida Salvaje Laguna Atascosa , Lower Rio Grande Valley National Wildlife Refuge, y el Refugio Nacional
de Vida Silvestre Santa Ana.
No cuenta con ningún plan de recuperación para sí mismo ni para su hábitat. De hecho, el 7 de Enero de 2008,
en Estados Unidos se denegó la aprobación de un plan de recuperación para el jaguar a pesar de que la
legislación federal así lo requiere ya que está declarada especie amenazada. La razón es el muro que se está
construyendo entre Estados Unidos y México. Al negar estos planes pretenden eliminar posibles obstáculos
legales ante el proyecto de levantar un muro de miles de kilómetros entre ambas fronteras, según ONG
conservacionistas, afectando de manera negativa a estos animales.
COSTA RICA
Categoría de amenaza: peligro de extinción.
En Costa Rica, a pesar de que entre 1940 y 1985 las zonas de selvas no alteradas fueron disminuidas a un 30%
subsiste una población de por lo menos 150 a 200 ejemplares, los cuales se encuentran protegidos en 11.000 Km2
de Parques Nacionales, refugios de Fauna o Reservas Forestales que cubren el 70% del área todavía existente
de selvas inalteradas.
Los principales parques nacionales donde se les encuentra son Tortuguero, La Amistad, Braulio Carrillo,
Guanacaste y Corcovado.
El principal factor que ha puesto en peligro a la especie en Costa Rica es la pérdida de hábitat y no la
cacería, estimándose en los últimos 10 años, que se matan entre 24 y 30 ejemplares anualmente por daños a
ganadería, legal o furtivamente. Los casos de cazadores de ganado son comprobados en el campo por inspectores
y biólogos del Servicio de Vida Silvestre en Costa Rica desde 1975 y generalmente ocurren en las fincas
lecheras colindantes a los parques nacionales, refugios de fauna o reservas forestales. Hay que tener muy en
cuenta que no siempre aciertan a la hora de culpar al jaguar, ya que en 12 denuncias de ganaderos, se
comprobaron daños por jaguares 8 casos, tres casos por pumas y una por abigeato.
Un problema de los jaguares en Costa Rica para su supervivencia a largo plazo puede ser el aislamiento
genético de las poblaciones diseminadas por las diversas áreas protegidas. Por otro lado ninguno de los
parques nacionales tiene por si solo un tamaño suficiente para mantener una buena población viable, y si la
pérdida de hábitat por presiones políticas o sociales se incrementa sí se compromete seriamente su futuro en
este país.
Hasta 1972 era unos de los países de elección para la cacería de jaguares hasta que en 1982 se impuso una
veda total, aunque los casos ilegales siguen dandose. En muchos casos la cacería ilegal se está dando en los
bordes y dentro de las áreas protegidas.
La organización Wildlife Conservation Society desde 1999 tiene un programa de conservación de jaguares en
cuatro áreas estratégicas:
1-Realizando estudios ecológicos de la especie para permitir su posterior manejo.
2-Impulsando estudios genéticos.
3-Trabajando con el conflicto jaguar-ganado a través de talleres con expertos en jaguares y ganaderos.
4-Desarrollando un currículo de educación ambiental para la región para la conservación del jaguar y sus presas.
Resumiendo, es urgente y necesario comenzar a trabajar para evitar que las poblaciones de jaguares y otros
felinos silvestres desaparezcan de los bosques de nuestro país. Esto puede lograrse educando a la gente y
evitando la cacería ilegal de animales presas en las áreas protegidas.
Está protegida y regulada por la Ley de Conservación de la Vida Silvestre No. 7317, la Ley Orgánica del Ambiente
No. 7554 y el decreto No. 26435-MINAE.
HONDURAS
Categoría de amenaza: peligro de extinción.
La situación del jaguar en Honduras es crítica, aunque en 1980, se creó la reserva de la Biosfera de Río
Plátano con 350.000 ha, donde se mantiene una población.
PANAMÁ
Situación: en peligro.
En Panamá, se considera casi inexistente, aunque en 1981, se decreto el Parque Nacional de Darién, con 597.000
ha, donde se espera mantener una población.
En Panamá existen acuerdos para su mejor conservación como el existente entre la Autoridad Nacional del Ambiente
(ANAM) de Panamá y la Wildlife Conservation Society (WCS), fundada en 2004. Se trata de un convenio de
cooperación técnica, científica y educativa para generar información biológica sobre jaguares y sus presas
que permitan la conservación de esas especies y sus hábitats.
BOLIVIA
Categoría de amenaza: vulnerable.
El libro rojo de los vertebrados de Bolivia lo cataloga como vulnerable porque desapareció de las áreas
agrícolas y está a punto de hacerlo de zonas forestales y ganaderas.
En Bolivia la cacería era normal durante los 80 y los registros de TRAFFIC Internacional muestran que hubo
épocas en que más de 60.000 pieles de jaguar salían de las fronteras cada tres años. Tras el fin del comercio
internacional legal, el trampeo sistemático desapareció, pero continuó la captura de jaguares y sus
presas naturales. Todo en nombre de las actividades forestales, la expansión de la población, la ganadería
y la agricultura.
En 1999, un grupo de expertos determinó que desde EEUU hasta Argentina existen 18 áreas naturales de jaguares
para su estudio, cuatro de las cuales están en Bolivia. Hay poblaciones importantes de este predador en la zona
del Chaco, en Beni y La Paz (Madidi, Pilón Lajas y Apolobamba), en el Parque Noel Kempff y en el Pantanal.
En Bolivia, la WCS realiza dos proyectos para conocer el estatus de conservación del felino, uno en el Chaco
cruceño y otro en el Parque Nacional Madidi y Apolobamba, zona norte de La Paz.
El Parque Kaa-Iya del Gran Chaco ha sido uno de los lugares elegidos en Bolivia para invertir esfuerzos para
conocer la densidad de jaguares en bosque seco, durante un periodo inicial de tres años. El campamento
permanente de investigación es Ravelo, y se encuentra al extremo sureste del Área protegida. La densidad
obtenida en dos muestreos indican 3 y 4 ind/100 km2 respectivamente. Eso quiere decir que el Parque tiene una
población aproximada de 1.000 jaguares, lo que la convierte en una de las áreas más importantes del país para
su conservación.
Estos censos con trampas cámara se vienen realizando desde 2001 en este lugar ya que la protección de este
lugar es importantísima por su potencial para mantener poblaciones viables a largo plazo, contando con un
área de 34.400 km² de bosque seco relativamente bien conservado.
Los ejemplares fotografiados fueron individualizados por sus manchas.
Bolivia participó por primera vez en un vital programa para la conservación de estos felinos en el ámbito
internacional con cuatro jaguares del Zoológico Municipal de Santa Cruz. Los jaguares partieron en calidad
de donación al Jaguar SSP, con sede en los Fort Worth Zoo de Estados Unidos, y ya forman parte del Plan para
la Supervivencia de las Especies(SSP) de la Asociación Americana de Zoológicos y Acuarios (AZA) de ese país.
COLOMBIA
Categoría de amenaza P. o. centralis: vulnerable.
Categoría de amenaza P. o. onca: casi amenazada.
Habitan dos subespecies P. o. centralis ( Mearns, 1901) al occidente de la Coordillera Oriental y P. o. onca
(Linnaeus, 1758) en la Orinoquia y Amazonia (Hoogesteijn & Mondolfi, 1992).
La población de la primera subespecie se encuentra bastante reducida (Hoogestein y Mondolfi 1992), mientras que
las poblaciones de P. o. onca, se encuentran en mejores condiciones (Rodríguez-Mahecha et al. 2006).
En la Reserva de Biosfera El Tuparro, se encuentran poblaciones estables desde el límite sur de la Reserva
(río Tomo), hasta el rió Mesetas, incluyendo el PNN El Tuparro y su área de influencia. Hacia el sectores
nororiental, desde Garcitas hasta el río Bita (Rodríguez-Mahecha et al. 2006).
En la Orinoquia colombiana, tanto el río Bita, como el Tomo y Tuparro aún mantienen el 85-95% de sus ecosistemas
intactos.
Las poblaciones del centro y norte del país están muy reducidas, solo las de la región al oriente de los Andes y
particularmente en las selvas de la cuenca amazónica, se mantienen. Las poblaciones más grandes se encuentran
en la cuenca del río Amazonas, mientras que es considerada como raro o escaso en el resto del país. Según
Zuloaga (1995), en la depresión momposina existe un individuo por cada 19-39 km2 y el tamaño de la población
en estado reproductivo estimada es de 150-300 individuos.
La amenaza más grande que enfrenta al occidente de la Cordillera Oriental es la caza y en segundo lugar la
disminución y fragmentación de su hábitat, ambas altamente relacionadas con el desarrollo agropecuario. Hasta
mediados de la década de los 70, en la Amazonia colombiana se practicaba la cacería del jaguar con fines
comerciales y aunque en algunas regiones del Guaviare y otros departamentos aún es considerado como un trofeo
de caza, en la mayoría del territorio amazónico ésta ya no constituye un negocio para los habitantes
(Durán 1998).
En la actualidad las poblaciones de la subespecie occidental P. o. centralis están seriamente amenazadas por el
incremento en la trasformación de los hábitats naturales y particularmente por la escasez de presas. Ésta
situación la coloca automáticamente como especie perseguida y erradicada silenciosamente por atacar al ganado.
Por esta razón, es consideró pertinente categorizar esta subespecie como Vulnerable para la subespecie
occidental, mientas que las poblaciones pertenecientes a la subespecie que habita al oriente del país se
mantienen en casi amenazadas.
PERÚ
Categoría de amenaza: vulnerable.
En el Perú, es considerado una especie en vías de extinción, según el D.S. Nº 013-99-AG del 13 de mayo de 1999.
En el Perú, se pueden encontrar ejemplares en toda la Amazonía, así como en los bosques tropicales de Tumbes y
Piura.
VENEZUELA
Categoría de amenaza: vulnerable.
Cálculos gruesos realizados acerca de la cantidad de ejemplares en 1987 (Hoogesteijn y Mondolfi) indicaban la
posible y optimista cifra de entre 2.500 y 3.600 individuos. Sin embargo, al realizarse estudios de densidad
en otras regiones, se obtuvieron valores más pequeños, con densidades de entre 1 yaguar por cada 13 km2 y
hasta 1 por cada 100 km2, dependiendo del hábitat donde se realiza la estimación (Smith 1976, Schaller & 4
Crawshaw 1980, Crawshaw & Quigley 1984, Rabinowitz 1986b).
Lo que está claro es que hasta los años cincuenta y hasta unos años después como se ve en los datos
anteriormente citados, el yaguar presentaba una amplia distribución (Hoogesteijn & Mondolfi 1991a).
Pero entre otras amenazas para la especie, la más llamativa en Venezuela como en otros países fue la de la caza;
en este país existían las llamadas ´zonas tigreras´ caracterizadas por la abundancia de la especie y por la
atracción que ofrecían a los cazadores deportivos. El Estado Barinas, la parte oeste de Apure y el sur de
Cojedes y Guárico pasaron a ser el segundo centro más importante de cacería de yaguares del mundo, después
del Matto Grosso brasileño (Hoogesteijn & Mondolfi 1991b). A esto se unió la explosión del mercado peletero
internacional a finales de los años sesenta, cuando se exportaron desde Suramérica un total de 31.104 pieles
de yaguar a los Estados Unidos; estimándose que la cantidad exportada a Europa giró alrededor de 7.000 a 9.000
pieles adicionales (Hoogesteijn & Mondolfi 1991a).
Hoy en día sólo las poblaciones localizadas en los estados Amazonas y Bolívar permanecen relativamente
estables; las localizadas en Sierra de Perijá, llanos occidentales, piedemonte andino y delta del Orinoco
se encuentran en constante disminución y en la Cordillera de La Costa prácticamente están extintas
(Hoogesteijn & Mondolfi 1990, Medina et al. 1992). La mayor presión sobre el yaguar está localizada en
la población ubicada en la cuenca del Lago de Maracaibo (Hoogesteijn com. pers).
En Venezuela, la deforestación de los bosques, la cacería, la mecanización y vialidad son las principales
causas de la merma de los jaguares. Este cuadro se ve agravado, pues una de las consecuencias directas de la
acción "devastadora" del hombre ha provocado severas disminuciones de las presas naturales de los jaguares
(báquiros, chigüere, venado, lapa, baba, picure, entre otros). Por tal motivo, los jaguares se ven obligados
a alimentarse con ganado doméstico, lo que genera la reacción implacable de los ganaderos, quienes de una u
otra forma, terminan eliminando físicamente a cualquier félino que ronde por sus tierras y sus alrededores.
En Venezuela se creó el primer refugio de jaguares silvestres en 2003, El Refugio Privado de Jaguares
Silvestres de El Baúl, que tiene como finalidad el establecimiento de un Área Privada para la Conservación,
mediante la cual sus propietarios contribuyen, mediante un esfuerzo colectivo, con la conservación de la
población de jaguares de la región, de sus presas naturales y de sus hábitats.
PARAGUAY
Categoría de amenaza: vulnerable.
Está considerado vulnerable (Wikipedia, Geografía de paraguay).
En Paraguay antes se le llamaba jagua que significa ´bestia´, pero luego se pasó a llamarlo jagua´ete; la
palabra ´ete´ significa ´verdadero´ por lo tanto tenemos que el jaguar, que antes se llamaba ´bestia´, pasço
a llamarse ´bestia verdadera´. Esto se hizo para diferenciarlo del otro jagua, el perro doméstico (Canis).
Esta modificación viene de la época de laconquista de América ya que se introdujeron a los perros. Los
nombres Tuty (tío en Avá) y Jamó (abuelo en Aché), implican veneración.
El jaguareté ha tenido una gran influencia en la mitología guaraní y otras tribus, despertando temor y
admiración. Son los Aché quienes mayor temor demuestran, por constantes ataques que han sufrido por
parte de la especie.
En Paraguay se encuentra en la Región Occidental en el Departamento de Alto Paraguay, donde todavía son
relativamente comunes. En la Región Oriental ya casi desaparecida se refugia en bosques continuos del
Mbaracayú, departamento de Canindeyú.
Esta especie es rara o ausente en muchas partes de su antigua distribución y en la Región Oriental se observan
extinciones locales en gran parte de su distribución histórica.
El Chaco Paraguayo es probablemente el único lugar donde el jaguar está en un número significativo en un entorno
árido. En 1990 se estimaba que tenía 176.000 km2 de hábitat viable tras una pérdida histórica del 45%, con la
aceleración de la deforestación. Son por tanto relativamente comunes en Alto Paraguay, pero en Presidente
Hayes hay muchos registros de extinciones locales. El animal es perseguido además por su cuero, o por
cazadores que venden a compradores anónimos con gran poder económico teniéndolos en mini zoológicos ilegales
en sus propiedades.
ECUADOR
Es raro en el occidente del Ecuador.
Se le puede encontrar en la Reserva Ecológica Mache-Chindul al suroccidente de la provincia de Esmeraldas y
al norte de Manabí, en las montañas del mismo nombre, que representan la extensión norte de la cordillera de
la Costa.
Aquí vive la subpescie P. o. peruviana.
Ecuador repite el mismo patrón de otros países como es el crecimiento de la población que empuja a la población
hacia zonas selváticas con grave deterioro de las mismas. Sólo en 1980 se deforestaron 129.544 ha y se están
realizando sondeos petroleros en gran parte del área. El estimado anual de deforestación alcanzó la cifra de
340.000 ha deforestadas anualmente de 1981 a 1985.
Aunque Ecuador estuvo fuertemente envuelto en el comercio ilegal de pieles, hoy en día ha reducido este tráfico
y han surgido entidades conservacionistas como la Fundación Natura, con influencia política bastante amplia y
ambiciosos programas de educación ambiental a través de la televisión y cursos para profesores y maestros
(HOOGESTEIJN & MONDOLFI, 1992).
En Ecuador La organización Wildlife Conservation Society desde 1999 tiene un programa de conservación de
jaguares en cuatro áreas estratégicas: (1) realizando estudios ecológicos de la especie para permitir su
posterior manejo, (2) impulsando estudios genéticos, (3) trabajando con el conflicto jaguar-ganado a través de
talleres con expertos en jaguares y ganaderos y (4) desarrollando un currículo de educación ambiental para la
región para la conservación del jaguar y sus presas.
GUATEMALA
En Guatemala en la Reserva de la Biosfera Maya en un área de 15000 km2 se estimaron de 465 a 550 ejemplares a
principios de los 90. En 2006 se calculaban unos 250.
De acuerdo con el Conap, el jaguar habita en bosques del área protegida de la Biosfera Maya, en el
septentrional departamento del Petén, aunque también hay otros en el sur de México y Belice.
El jaguar es en Guatemala una de las especies de mayor importancia y se debe de respetar por el alto riesgo
de extinción en que se encuentra.
Las Autoridades ambientales de Guatemala declararon 2006 el Año del Jaguar, como parte de una campaña que
buscaba recaudar un millón de dólares para salvar a este mamífero en peligro de extinción. Los fondos
recaudados serían destinados a la investigación y preservación de este animal.
Al año siguiente se puso en marcha un curioso proyecto denominado El Paseo del Jaguar en marzo de 2007, que
muestra esculturas de jaguar en el corredor central de la ciudad capital, con la intención de promover el
espíritu nacionalista alrededor de una imagen emblemática de la cultura guatemalteca.
BELICE
En 1991, Rabinowitz estimó el tamaño de la población de jaguares en Belice entre 600 y 1000 animales, teniendo
en cuenta que haya un jaguar adulto por cada 15 km 2, y teniendo en cuenta las presiones de caza y su
cantidad de hábitat disponible.
Los jaguares se encuentran en Belice en los bosques y las tierras bajas a lo largo de las costas. Belice
tiene una de las poblaciones más saludables en América Central, y el Jaguar está protegido de la caza.
En el sur de Belice existe un área de bosque tropical para preservar al jaguar. Fue la primera reserva creada
para el jaguar, declarado como tal en 1986 con la idea de conservarlo, y es la culminación de muchos años
de trabajo y perseverancia de personas y organizaciones. Aquí se da cobijo a 200 jaguares según
su página oficial.
GUAYANA
No tiene protección legal aquí.
El jaguar se utiliza ampliamente como un símbolo en la cultura contemporánea y es el animal nacional, figurando
en su escudo de armas.
SURINAM
Está prohibido cazar a estos mamíferos protegidos.
Se le encuentra en áreas protegidas como la Reserva natural Brinckheuvel, la Reserva Natural Wanekreek, la
Reserva Galibi,la Reserva Natural Surinam Central y el Parque Natural Brownsberg. También los encontramos
en las áreas Nanni kreek y Kaboeri kreek. Además se les puede ver en otras zonas no protegidas del país.
GUAYANA FRANCESA
En esta país todavía se sigue permitiendo la caza del jaguar.
URUGUAY
Extinguido.
Desaparecido a principios de este siglo.
EL SALVADOR
Extinguido.
En El Salvador esta totalmente extinto desde el comienzos de la década de los 70.
Amenazas y conservación del Jaguar
Como más importante está la amenaza de lapérdida de hábitat de P. onca. Las tasas de deforestación elevadas
en América Latina, y la fragmentación del hábitat y de las poblaciones de jaguar convierten a esta especie
en vulnerable al hombre (Nowell y Jackson 1996).
Este felino habita los bosques primarios tropicales del Sur y Centro América, los mismos hábitats que
científicos del clima han visto que se convertirán en sabana o desierto si se continúan cortando los bosques
a este paso, y es que llegados a este punto el agua ya no podrá ser reemplazada.
Especialmente por causa de la construcción de la Transamazónica, una carretera que atraviesa gran parte de la
selva de Brasil, grandes áreas del bosque tropical esta siendo destruidas por colonizadores. Estos colonizadores
usan este terreno durante 2 o 3 años, como pasto para su ganado o, como campos casi estériles, hasta que la
cosecha es tan pequeña que talan otras zonas. Pero ese bosque ha sido destruido de forma irremplazable y la
fina capa de humus ha sido arrastrada por las lluvias. El primer paso par la creación de un desierto se ha
realizado. El jaguar no será el único de sufrir sus consecuencias.
Además las personas compiten con los jaguares por sus presas, y a los jaguares se les dispara frecuentemente,
a pesar de la legislación protectora (Nowell y Jackson 1996).
Al perder hábitat y presas, muchas veces se ven obligados a atacar al ganado, y esto causa que sean perseguidos
por los ganaderos. En muchas zonas el ganado prácticamente se mueve por amplias zonas sin protección, y
en sitios donde escasean las presas naturales han llegado a convertirse en una parte importante de la dieta
del jaguar, principalmente en zonas de sabana inundadas estacionalmente.
La vulnerabilidad del jaguar a la persecución se demuestra por su desaparición a mediados del siglo XX de
zonas deEstados Unidos y México donde ahora el único morador es el puma. Actualmente la caza comercial y
la captura por sus pieles se ha reducido drásticamente desde los 70 gracias a las campañas en contra y a la
normativa de CITES (Nowell y Jackson 1996).
Medidas de conservación
El jaguar está incluido en el Apéndice I del CITES (Tratado de Comercio Internacional de Vida Silvestre),
lo que significa que es ilegal comercializar su piel o cualquier otra de sus partes.
Por su inclusión en el CITES los precios de la piel del yaguar en el mercado internacional colapsaron,
frenándose esta actividad al no ser rentable para los cazadores (Hoogesteijn & Mondolfi 1991a).
Los jaguares están protegidos por la legislación nacional en Argentina, Brasil, Colombia, Guayana Francesa,
Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Surinam, Uruguay, Belice, EEUU y Venezuela.
Su caza es legal por considerarse animales problemáticos en Brasil, Costa Rica, Guatemala, México y Perú.
El jaguar era adorado y considerado como un dios por las civilizaciones precolombinas de México, Perú y
América Central; sin embargo, en la actualidad sigue siendo objeto de persecución por parte de algunos
rancheros, que mantienen la idea de que este félido ataca a su ganado. Estudios realizados indican que dichos
ataques son muy infrecuentes.
El trofeo de caza está permitido en Bolivia.
No tiene protección legal en Ecuador y Guayana Francesa.
Algunos grandes parques en Bolivia, Brasil, Colombia, Perú, y Venezuela protegen algunos jaguares, así como
en el resto de países; otros son esencialmente protegidos en grandes ranchos privados en Brasil y Venezuela.
La primera reserva mundial creada especialmente para la protección del Jaguar fue creada en Belice el 2 de
Diciembre de 1984. Para asegurar una adecuada protección para las poblaciones remanentes y sus hábitats, se
ha sugerido que la determinación de los tamaños poblacionales y la evaluación de los hábitats, así como un
control sobre la caza son necesarios (SEYMOUR, 1989).
Red Yaguareté trabaja intensamente en Argentina para proteger a los jaguares que quedan allí.
La Wildlife Conservation Society ha desarrollado estudios y ha promovido el establecimiento de áreas para
su conservación en toda Latinoamérica. Los nuevos esfuerzos están ahora coordinados por el Programa de
Conservación de Jaguares, financiado por la marca de autos Jaguar.
Es importante centrar esfuerzos en la educación ambiental de propietarios de terrenos o ganado y es
importante promover el ecoturismo como manera de ganar dinero sin dañar al medio ambiente gracias a la
biodiversidad.