Perrito de la prade mexicano

(Cynomys mexicanus)



El perrito de la pradera mexicano es una especie de roedor esciuromorfo de la familia Sciuridae endémica de México. Su trato como una plaga de la agricultura lo han conducido a su estado de especie en peligro de extinción. Están relacionados con las ardillas, tamias y marmotas.

Estado de conservación

En peligro de extinción



Clasificación científica

Reyno: Animalia
Filo: Chordata
Clase: Mammalia
Orden: Rodentia
Familia: Sciuridae
Género: Cynomys
Especie: Cynomys mexicanus


Descripción



El nombre de perritos les viene por el sonido que emiten, similar al de un ladrido; este ladrido lo emiten cuando se sienten amenazados o cuando toman contacto con otros individuos.

Son animales diurnos que construyen madrigueras para vivir y protegerse de los depredadores. Las madrigueras son túneles que excavan y que se conectan unos con otros. Llegan a ser hasta de 6 metros de largo y 2 metros de profundidad.

Tienen una gran organización social y forman colonias (llamadas ciudades) con pequeñas unidades familiares que pueden llegar a abarcar más de 100 hectáreas. Una familia incluye a un macho adulto, 2 o 3 hembras, algunos jóvenes y pequeños.

Son animales muy sociales que durante el día suelen permanecer a las entradas de sus madrigueras o en los alrededores aseándose unos a otros y vigilando y defendiendo los límites de su territorio. Para unir lazos entre los individuos de la colonia realizan acciones como son la del reconocimiento anal, el aseo mutuo, la alimentación y los contactos bucales. Un comportamiento curioso de los perritos llaneros es el del 'beso', que consiste en el contacto de la boca abierta de un individuo (lo que hace que los incisivos sean visibles) con la del otro y puede funcionar tanto como señal de amenaza como de reconocimiento.

Son pequeños y de aspecto fácilmente reconocible ya que miden entre 28 y 33 cm. Alcanza hasta 1 o 1,5 kg.

Su color varía entre el pardo amarillento y pardo rojizo, salpicado con algunos pelos negros; el vientre es más claro y la parte terminal de la cola es negra.

Son omnívoros ya que se alimentan sobretodo de pastos, semillas, hojas, tallos y raíces, pero durante el verano también comen chapulines y otros insectos. Al vivir en zonas con poco agua adquieren la mayoría del agua de las plantas.
La actividad de miles de individuos en las zonas donde habitan impide que las hierbas altas se regeneren, dando lugar a otras hierbas anuales más pequeñas y de crecimiento rápido. Éstas constituyen el alimento de los perritos y, además, permiten la visibilidad necesaria para advertir la presencia de posibles enemigos.

Además este mamífero está considerado como especie ecológicamente clave, ya que influyen en el medioambiente y por tanto son necesarios ya que al podar constantemente los pastos, cambian la composición de la vegetación y mejoran sus cualidades nutritivas, lo que beneficia también a los demás animales que pastan en estos lugares. Por lo tanto podemos decir que incrementan la heterogeneidad ambiental e inciden en la diversidad biológica.

Durante la época reproductora es frecuente el movimiento de individuos de un territorio a otro; tras la gestación que dura de 27 a 33 días nacen las crías entre abril y mayo en la madriguera. Las crías al nacer tienen los ojos cerrados y carecen de pelo. Pueden tener entre dos y diez crías aunque lo normal son 4.

Viven de 4 a 7 años.

Pueden sentarse sobre sus cuartos traseros, manteniéndose rectos. Esta posición la toman para vigilar, comer o relacionarse. En cambio para andar usan las cuatro patas.

Entre sus predadores están los coyotes, el lince rojo, águilas, halcones, tejones y comadrejas.

Hábitat y área de distribución

Este encantador roedor es uno de los perritos de la pradera correspondiente a este género nativo de América del Norte. Está relacionado con las ardillas, tamias y marmotas.

Esta especie en concreto es endémica del norte y centro de México, y se le encuentra en los estados Coahuila, San Luis Potosí y Nuevo León. En otros tiempos también se le encontraba en Zacatecas. También pueden haber en el Desierto Chihuahuense.

Los perros llaneros se encuentran estrechamente asociados a zonas semiáridas con praderas y pastizales, caracterizados por matorrales xerófitos (adaptadas a ambientes secos), pastos y plantas rasantes.

Las praderas donde viven no son húmedas, ya que la precipitación aproximada anual está entre 250 y los 750 mm. Además tienen un alto índice de evaporación y sequías anuales y estacionales.

Habitan en altitudes de los 1600 a los 2200 metros

Alimentación



Su alimentación se compone de la vegetación cercana a su hábitat y de algunas semillas pequeñas. Raíces, frutas, brotes, dientes de león, cactus y plantas trepadoras conforman una dieta principalmente herbívora, exceptuando ocasiones esporádicas en que los insectos son incluidos.

Comportamiento



El perro de las praderas es un animal diurno, eminentemente sociable y su vida gira en torno a su colonia que abarca cientos de acres y se compone de 15 a 26 grupos familiares, que son la unidad básica de todas las colonias. Cada familia incluye a 1 macho adulto, 2 o 3 hembras adultas, 1 o 2 crías macho y 1 o 2 crías hembra. Todas las hembras permanecen en sus familias de origen durante toda su vida pero los machos las abandonan cuando alcanzan la madurez sexual.

Los miembros de una familia interactúan entre sí por medio del contacto físico: acarician con el hocico el rostro de sus congéneres. En caso de una lucha física, estos animales se enfrentan de manera que la agresión física es casi nula. Pueden alzar la cola, mostrar la dentadura y oler las glándulas perianales del otro.

Utilizan un avanzado sistema de comunicación oral para informar, a gran distancia, a qué clase de depredador se pueden enfrentar. Sus vocalizaciones indican el tipo de animal, su tamaño y qué tan cerca está de la colonia. Si se trata de un ser humano, todos los individuos se introducen a sus madrigueras.

Reproducción



Cuando la hembra está en celo comienza a lamer sus genitales, a darse baños de polvo y a entrar a la madriguera hasta altas horas de la noche. El macho, por su parte, lanza una especie de ladridos cada 3-15 segundos, en una obvia llamada de apareamiento.

Los perros de las praderas copulan dentro de la madriguera. Al terminar, el macho pierde el interés en su compañera, pero esto no evita que inserte tapones en los genitales femeninos para evitar que otros machos se apareen con ella y disminuyan así sus posibilidades de ser el fecundador.

Durante el embarazo y la lactancia, la hembra suele consumir nieve si está disponible, para acceder al agua. Si está lista para dar a luz entra a la madriguera y nacen de 1 a 8 perritos. Las crías nacen sin pelaje y con los ojos cerrados, pero son objeto de cuidados por parte de la madre, que los amamanta y protege en el hogar durante 6 semanas. A los 5 meses ya están listas para cuidar de sí mismas.

Amenazas

El grupo de depredadores del perro de las praderas incluye a coyotes, zorros, águilas y hurones. Por otra parte, las poblaciones se ven continuamente amenazadas por el ser humano, ya que la costumbre de alimentarse en los campos agrícolas perjudica a los agricultores, quienes ven en este animal una plaga a exterminar. La pérdida de su hábitat a causa de la urbanización también afecta considerablemente su supervivencia.


Zoológico de Vallarta A. C.

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